Francisco de Pájaro es el creador de «El arte es basura». Se trata de un pintor autodidacta que se autodefine como un obrero del arte y que comenzó, como explica en una entrevista en thesoulreport, a realizar estas obras cuando decidió «mandar a tomar por culo, a toda la patraña del mundo del arte y sus formas. Me quité la venda de los ojos y decidí mirar mi realidad. Me di cuenta que es absurdo pintar cuadros que nadie compra y mucho menos, tener lugares donde mostrarlos. Mi concepción del arte ha estado infectada por las reglas de juego de unos pocos buitres del mercado del arte. Caí en la trampa que si no exponía mis obras en una buena galería, no sería nadie. Me jodía exponer en un bar como alternativa, me sentía mediocre. “El arte es basura” ha sido mi propia r-evolución, no solo en el arte, sino también, en la manera de plantear mi manera de vivir».

En su web, Francisco de Pájaro, explica lo que para él significa Arte es basura:

¨El Arte es Basura, es un grito desesperante, efímero y constante hacia la gilipollez humana. Pinto contra el capitalismo salvaje, la codicia, la vanidad y el egoísmo. Siento que me ha tocado vivir en una época y un sistema que no encaja en mi al estar muy alejado de mis ideales. La única razón por la que cambiaría mi discurso es pintar para causas benéficas y para la educación de los niños, nuestro futuro. Por otro lado, mi fuerza, mi fragilidad y mi alma es la de un guerrero que lucha con el poder de las pinturas, mis armas de auto-defensa. La mayor parte de mi trabajo está dedicado a todos los indígenas del Continente Americano, mis héroes, donde fueron engañados, masacrados y asesinados. Y a día de hoy, en el siglo XXI abandonados y marginados. Art is Trash, se rebela ante todos vosotros, ante todos los que miran hacia otro lado, hacia los que caminan envenenados con los ojos pegados a un teléfono móvil, y a los que prefieren mirar los escaparates de una gran tienda de moda, o admirar las aberrantes arquitecturas de las grandes ciudades. El Arte es Basura, es una acción desobediente ante todas las adversidades que mis ojos pueden ver y mi cabeza comprender. Aprovecho este supuesto ¨arte¨ como un arma anti-estético de destrucción masiva hacia el salvajismo humano, la ignorancia e intolerancia de nuestra sociedad, de este comprobado y devastador progreso humano. 

En la calle, la intención capital es pintar mal y rápido, para que el veneno visual sea letal a todas las personas que se sientan aludidas. ARTISTAS engreídos que no pintan y no dicen nada, escritores territoriales urbanos y envidiosos incluidos.¨