El artista estadounidense Evan Holm ha creado un tocadiscos dentro de una pequeña piscina de agua turbia. Evan no sabia cual iba a ser el resultado del experimento pero al escuchar el sonido procedente de debajo del agua, según él, por casi le hace llorar.
El propio Evan explica su proyecto en su web de la siguiente manera: «Habrá un momento en el que todos los trazos de la cultura humana se disuelvan bajo el suelo del universo. La piscina, de color negro y sin fondo aparente, representa la pérdida, el misterio y el inconsciente colectivo de la raza humana. Al colocar estos vinilos debajo del agua oscura represento el remordimiento hacia dicha pérdida. Sin embargo, al final se trata de una escultura optimista ya que la melodía huye de la oscuridad alejándose de la piscina y llega a lo vivo, al reino de la respiración. Con esta escultura honro a todos los músicos y artistas que han ayudado a construir la cultura humana».